1. Identifica primero cuál es el motivo de esa sensación de ira, ya sea una situación en específico o quizá las actitudes de una persona.
2. Piensa qué de eso está en tus manos, por ejemplo, si te estresa el tráfico en la mañana, sal más temprano de tu casa.
3. No lo reprimas porque, incluso, puedes afectar tu salud. Aunque no es bueno insultar o responder con violencia.
4. Piensa antes de hablar. Valora lo que vas a decir porque puedes herir a las demás personas o hacer que se torne en un conflicto mayor, sobre todo si se trata de algo laboral.
5. Sal un momento de la habitación y regresa cuando estés más calmada para expresar tus emociones y puntos de vista de forma clara y tranquila, evita la agresión.
6. Inhala y exhala todo lo que puedas para descargar tu coraje. Puedes gritar en un lugar apartado o en otra habitación.
7. Observa cómo responde tu cuerpo cuando te enojas para que estés alerta y trates de calmarte. ¿Sudas, tu cara se vuelve roja, tu corazón late más rápido, aprietas la mandíbula?
8. Canalízalo con actividades que te relajan o disminuyan tu estrés, tales como, hacer ejercicio, yoga, gritar, llorar o escribir.
9. Acércate a alguien objetivo con quien puedas platicar y desahogarte para que te dé su opinión y consejo al respecto.
10. No guardes rencor y mejor aclara las cosas en el momento para que en el futuro no se repitan o explotes y hieras alguna relación.
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